La negociación de alta frecuencia y los algoritmos de bifurcación simulada

No deja de sorprenderme la capacidad e ingenio del ser humano para avanzar y lanzarse a descubrir nuevas maneras y modos de descubrir.

Si hace poco escribía un artículo sobre la supremacía cuántica, ahora vamos a ver cómo los sistemas informáticos actuales apoyados por las matemáticas, los algoritmos y el genio creativo, mueven ficha para dar un golpe en la mesa y dejar claro que aún están ahí.

La negociación de alta frecuencia.

Se podría definir la negociación de alta frecuencia como el procedimiento para abrir y cerrar en fracciones de segundo miles de órdenes de compra y venta en un mercado negociado, como la bolsa o el mercado forex de divisas.

El propósito de la negociación de alta frecuencia o high frecuency trading en inglés (HFT) es el de, por un lado crear profundidad en el mercado y por otro, realizar operativas automáticas donde el beneficio a conseguir es marginal, pero que obtiene su verdadera dimensión al ser tenido en cuenta el número de las mismas.

Esto para lo profanos puede parecer nuevo, pero ya lleva en uso más de una década y precisamente en los últimos años es cuando menos se ha tenido en cuenta.

Y… ¿cómo se puede conseguir un buen sistema de negociación de alta frecuencia?… con mucha matemática y unos buenos algoritmos.

La supremacía de la matemática.

Si hay algo que uno de mis profesores de matemáticas nos recordaba, era que, todo en nuestras vidas está relacionado con las matemáticas y yo añadiría que los algoritmos también forman parte de nuestra vida cotidiana.

Un algoritmo es un conjunto de reglas y procesos que buscan la solución a un problema, por tanto, desde hacer un café hasta elegir qué publicidad te va a mostrar Facebook son algoritmos. No importa si unos u otros son más complejos o solucionan problemas más graves, todos los algoritmos se basan en reglas y decisiones.

Aquí es donde entra el nuevo algoritmo creado por Toshiba, que según parece llevan años desarrollando y que han denominado como «simulated bifurcation algorithm«.

Este revolucionario algoritmo, según sus creadores, se ha inspirado en la computación cuántica para obtener un nivel de rendimiento apabullantemente bestial y que promete ser 10 veces más rápìdo que las actuales computadoras cuánticas bajo láser, eso sí, parece que para un tipo de procedimientos concretos y no se ha hablado de aplicaciones de amplio espectro.

Entonces, qué hacemos, tiramos los avances en computación cuántica a la papelera y continuamos con nuestro PC… nada más lejos, lo cuántico es el futuro, pero es uno lejano y que todavía no está disponible.

Otra variable en contra de lo cuántico es el coste, según Toshiba, este algoritmo puede ejecutarse sobre cualquier ordenador como un PC de escritorio, dotándolo de una potencia con la que tu CPU nunca habría soñado.

El secreto está en el milisegundo.

¿Recuerda alguien la película de «El Golpe» basada en un timo clásico en el que se conocen los resultados de una carrera antes que quien fija y paga las apuestas?.

Esa «jugada» se lleva aplicando durante toda la historia, por ejemplo en la batalla de Maratón, los griegos llegaron a Atenas antes que los Persas y siempre que pueda haber una ventaja en la sincronización de tiempos y eventos, el ser humano la va a aprovechar.

Así, si hay un sector donde más interese esa ventaja es el financiero, el mercado Forex, el de divisas mueve 76 millones de dólares al segundo (más o menos) según un informe del Banco Internacional de Pagos de 2019.

Por tanto, un sistema de negociación de alta frecuencia que busque ser eficiente necesita dos características:
– Estar cerca, muy cerca de los puntos de conectividad.
– Un sistema informático ultrarápido.

El primer punto es fácil, los operadores han instalado sus servidores y máquinas virtualizadas en los mismos puntos de acceso y nodos neutros por donde pasa el tráfico sin que exista latencia, esto es, retraso en la comunicación, porque enviar un paquete de datos a la habitación de al lado no es lo mismo que enviarlo a 5 manzanas de distancia, unos 20 o 30 milisegundos pueden ser decisivos.

Es con la otra variable donde adquiere valor el nuevo algoritmo y es que la propia Toshiba ha explicado que aunque su sistema pueda ser aplicado a diferentes tareas, la negociación de alta frecuencia es la primera aplicación práctica que tienen en mente.

Un nuevo escenario con demasiadas incógnitas.

¿Será este el resurgir de la negociación de alta frecuencia, arañando milisegundos y tratando de ganar ventaja sobre los competidores?.

¿Qué tan eficiente es este algoritmo?, personalmente me he quedado asombrado y es que a veces nos olvidamos del poder de las matemáticas.

¿Frenará esto el desarrollo de la computación cuántica? y me refiero a ralentizarlo, no a detenerlo.

¿Abrirá la puerta a nuevos intentos de desarrollar nuevos algoritmos en esta línea?.

Sea como sea, Toshiba ha conseguido destacar de una manera inesperada y solo el tiempo decidirá cuántas aplicaciones y beneficios puede reportar este algoritmo y otros que seguro ya ilusionan la mente de algún inventor.

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