15 Empresas y tecnologías que han fracasado en LA última década
Ya sé que la década no finaliza en este 2019, si no en el 2020, pero voy a hacer una repaso de lo que los últimos diez años nos han dejado para el olvido con este listado de empresas y tecnologías que han fracasado y desaparecido.
Veamos y aprendamos cómo macro organizaciones caen tras décadas de liderazgo y cómo tecnologías apoyadas por gigantes aparecen y desaparecen tan rápido como el sueño de una noche de verano.
Amazon Fire. Para aquellos que no lo sepan, Amazon además de vender libros y muchas otras cosas, tonteó durante un tiempo con la idea de tener su propio smartphone y sistema. La aventura fue muy fugaz y duró casi un año justo, desde 2014 a 2015. Otro grande que es devorado en las pantanosas aguas de la movilidad y los sistemas operativos.
RIM (1999) al comienzo de esta década Blackberry (Research in motion) no era lo que fue aún así, seguía dando guerra con su concepto de smartphone y sus servicios empresariales, pero el surgimiento de Android, las pantallas táctiles, un sistema propietario y el ecosistema de aplicaciones fue lo que provocó un desgaste continuo durante estos años, acabando con la venta de su marca a TCL y a día de hoy, fabrica móviles con Android.
Blockbuster (1985). El vídeo ha evolucionado hacia el streaming, en 2014 cerró la última tienda de Blockbuster y desde entonces el formato de DVD y Blu Ray cada vez tienen menos presencia en nuestros salones y en las estanterías de los centros comerciales. Irónicamente, Netflix hizo una oferta de venta a Blockbuster por 50 millones de dólares, la cual como podéis suponer fue rechazada, lo que son las cosas.
BQ (2009) fue una de esas empresas españolas que comenzó su aventura acompañada de un crecimiento en ventas y la incorporación de nuevos productos. Los móviles y sus eleciones a la hora de la fabricación fueron los que la llevaron desde 2016 por el camino de la amargura y que arrastró todas las ganancias de años anteriores. Al final, la marca fue vendida a un grupo vietnamita en un mercado que dominan los chinos.
Facebook Moments era la funcionalidad nacida en 2015 que permitía guardar momentos, recuerdos y fotos de manera privada. En 2019 ha sido descontinuada por falta de uso, se ve que no hay nada que queramos ocultar en nuestros recuerdos.
Google Glass, las gafas futuristas de Google con realidad aumentada tuvieron una corta vida, lanzadas en el 2012 y finiquitadas en el 2015. Un producto que tal vez no apareció en el mejor momento o al menos eso debe de pensar un consorcio que ha reiniciado el proyecto en 2017.
Google Plus fue el enesimo intento de Google para tener su propio Facebook. Ya había fracasado con otros proyectos pero en 2011 se lanzó lo que sería su propuesta más decidida, que no funcionó del todo mal pero que atraía más interés a nivel de SEO y como lanzadera a otros servicios que como red social siendo clausurada en 2019.
HTC (1997) uno de los grandes referentes en la adopción de Android y también uno de los grandes fabricantes de smartphones, tal vez diversificando demasiado y probando con tecnologías que no eran lo suyo. En 2017 fue desmembrada, Google compró la división encargada del desarrollo y desde entonces no levanta cabeza. Producir sigue produciendo pero sin destacar ni levantar pasión alguna.
Kinect. Yo mismo estuve en una feria en una de las presentaciones de Kinect, que iba a revolucionar el mundo de los videojuegos de la mano de Microsoft. Ahí se les veía tan emocionados, moviéndose a ritmo de Nintendo frente a un planteamiento que en 2012 era el no va más para la inmersión y la jugabilidad. En 2016 fue descontinuado y ahora Microsoft lo rescata en 2019 para un posible uso empresarial.
Kodak, fundada en el año 1888… sí, en el siglo XIX fue la introductora del carrete fotográfico que sustituiría a las placas y esa, entre otras fue la razón de su caída en 2012. Las malas ventas y su lenta reacción al factor digital obligó a una reestructuración y acogerse a la Ley de quiebras. Hoy en día sigue viva pero sin un peso específico en el sector.
Motorola, casi al comenzar la década, en el 2011, se disuelve una empresa fundada en 1928 dividiéndose en dos, una orientada a la fabricación de móviles y otra de soluciones empresariales. En ese mismo año la de móviles es comprada por Google y poco después vendida a Lenovo, pasando de unas a otras manos hasta hoy en día donde pronto veremos el resurgir del «hello moto» con su nuevo RAZR.
MSN Messenger. La mensajería tiene también sus bajas en este listado y es que en 2011, Microsoft ponía fin al MSN Messenger, una aplicación que ya nadie recuerda pero que fue utilizada desde 1999 y que podríamos decir que era el Whatsapp de la época. En 2016 veríamos la caída de otro clásico, el Blackberry messenger, referente de la comunicación segura en el ámbito empresarial.
MP3. No sé si estoy muy de acuerdo con este caso, pero no soy yo quien decide si no que en 2017 el instituto Fraunhofer, creadores de la licencia MP3 defenestraron el formato y lo declararon muerto. El streaming es el culpable del supuesto desuso del MP3, un sistema que acabó con los CDs igual que ellos acabaron con las cintas, entre todos ellos estaba Zune de Microsoft o iTunes de Apple, piezas en la cadena alimenticia tecnológica.
Vine, la app que permitía vídeos de corta duración en bucle también nació y desapareció en la misma década, desarrollada en 2012, comprada por Twitter y lanzada en 2013 sobrevivió muy poco, solo hasta 2017 cuando se lanzó la última versión y fue descontinuada.
Windows para móviles. Esta es una historia que ya viene desde muy atrás, con el Windows CE (1996) y que acumulando error tras error y mala decisión tras mala decisión llevó a Microsoft al inicio de esta década a último intento Windows Phone y luego con Windows Mobile, la unificación, creando un continuo desde el PC de escritorio hasta el smartphone. En 2017 las cifras de utilización pusieron el último clavo a un sistema que ni la compra de Nokia pudo salvar.
En definitiva, quién conoce las verdaderas razones del fracaso de estas empresas y tecnologías. Siempre pensamos y siempre decimos que conocer la historia nos evita repetirla y los casos de éxito y de fracaso son estudiados con avidez en el mundo empresarial pero… ¿sabéis que os digo yo?.
En el mundo real hay que tomar decisiones y a «toro pasado» todo resulta muy fácil.